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¿Perros potencialmente peligrosos, o los peligrosos somos los humanos?

Te pongo un ejemplo de una consulta con un perro perteneciente a la raza American bully, que convivía con otro individuo de la misma raza (adoptado a la edad de un año) y con el que tenía problemas de agresividad. Previamente ya venía mostrando algunos problemas con otros perros. Su dueña me comentaba que sufrían de rechazo social por parte de personas que tienen otros perros y que se apartan al pasar o los miran con cara de asco. Por no hablar de que no pueden ni aparecer en los parques caninos. Progresivamente fueron pasando de no cruzarse ni estar con otros perros a tener que mudarse a una zona apartada en el campo.

Sabemos que existe una ley, injusta. Pero después de esto, que es difícil de cambiar, está la injusticia de las personas, que criminalizan injustamente a estas razas.

Imagino que sabes qué es el periodo de socialización de los perros y gatos. Aunque todos los demás perros de otras razas puedan tener características similares a los PPP, pueden socializarse, siempre que el propietario se implique en hacerlo, claro. Sin embargo los PPP no tienen esta posibilidad, porque el resto del mundo no los deja hacerlo.

Es más, aunque de cachorro puedan hacerlo porque su aspecto no es como el del adulto y no dan miedo, en cuanto empiezan a crecer comienzan a sufrir este rechazo del que he hablado. Y entonces sufren de un proceso de desocialización. Dejan de tener contacto con perros, con personas y con diversos estímulos.

La genética, los cuidados maternales, el juego con los hermanos de camada, la socialización y la educación en positivo son fenómenos, procesos y procedimientos que tienen que ocurrir de la manera más cuidada y estudiada posible en cualquier perro, mediante la implicación directa del propietario y el asesoramiento de un especialista veterinario en conducta. Con ello conseguiremos que ese perro se acerque lo más posible, conductualmente hablando, al equilibrio.


Pero debe llevarse a cabo durante toda la vida, no vale implicarse 6 meses y luego me olvido.

El final de la historia es que si un PPP muerde no va a ser lo mismo que si muerde un Chihuahua, claro que no. Pero… ¿y quién tiene la culpa?

Si tenemos un gato que ya rasca en un sitio no adecuado para nosotros la cosa es más complicada , pero no imposible. Lo que deberemos hacer es impedir el acceso de alguna manera al objeto rascado o cubrirlo con algún material desagradable al tacto para el gato, como plástico, papel de aluminio o papel de pegatina. Rociarlo con feromonas (fracción F3, Feliway) evitará que sea rascado, ya que ambas feromonas son incompatibles.

¿Porqué mi Gato Rasca el Sofá?

Los gatos rascan por varios motivos:

    • Para marcar su territorio con feromonas procedentes de las glándulas de sus espacios interdigitales.
    • Para librarse de los restos sobrantes de sus uñas.
    • Para estirar la musculatura.

Cuando un gato rasca un objeto, además de dejar depositadas las feromonas de sus patas, añade al objeto una señal visual en forma de rayas verticales. Conforme más rasca el mismo objeto, más se acentúan ambas señales (olfativa y visual).

Los sitios de rascado son elegidos por el gato a lo largo del territorio frecuentemente utilizado, sobre todo en la periferia del mismo y junto a los lugares de descanso.

La naturaleza felina de los gatos les hace evitar tener que encontrarse o cruzarse con otros individuos en el territorio, para lo cual han desarrollado un complejo sistema de marcas olfativas y visuales, de las cuales el marcaje con las uñas y con orina son las más frecuentes. De esta manera dejan mensajes que otros gatos podrán leer en otro momento.

El objeto ideal para rascar debe ser estable (que no se mueva, de otra manera el gato lo rechazará), lo suficientemente alto (por lo menos 30 cm. y mejor si llega a 90 cm.), la dirección de la fibra del tejido que rasca debe ser preferiblemente vertical. Si es un gato que ha vivido en exterior y ha rascado los árboles, probablemente preferirá un rascador de madera, como por ejemplo un tronco. Otros gatos prefieren las superficies horizontales, como por ejemplo una alfombra de esparto o de moqueta. También el cartón es una opción bastante usada.

Si tenemos un gatito es fácil prevenir que rasque el mobiliario mediante la utilización de un objeto adecuado en un lugar donde el gatito pase la mayor parte del tiempo. Si queremos animar al gatito a que rasque ese objeto podemos colocarlo en una habitación donde no haya más objetos que rascar, ponerle juguetes encima, añadir catnip, o poniéndolo junto a otro gato que ya rasca adecuadamente. Podemos colocarle varios rascadores con distintas texturas, de manera que pueda elegir el preferido por él y así continuará rascando el mismo.

Al lado colocaremos el objeto nuevo, que cumpla todas las características comentadas y a ser posible cuyo material se parezca al ya rascado. Incluso podemos cubrirlo con un trozo del material antiguo. Se puede rociar el objeto nuevo con catnip para atraer al gato al mismo. Si el objeto rascado es horizontal, deberemos elegir un sustrato horizontal que colocaremos encima del anterior.

Queremos destacar que la desungulación (cirugía para extirpar las uñas al gato) es un tipo de mutilación y está prohibida, además de que atenta contra el bienestar del animal, así como otras técnicas como las fundas para las uñas o el castigo de la conducta.

Si tenemos un gato que ya rasca en un sitio no adecuado para nosotros la cosa es más complicada , pero no imposible. Lo que deberemos hacer es impedir el acceso de alguna manera al objeto rascado o cubrirlo con algún material desagradable al tacto para el gato, como plástico, papel de aluminio o papel de pegatina. Rociarlo con feromonas (fracción F3, Feliway) evitará que sea rascado, ya que ambas feromonas son incompatibles.

Cuidado con el frío! Cuida a tu mascota

Con la llegada de la estación invernal va a ser más frecuente la aparición de algunas enfermedades en el perro que podemos relacionar con las bajas temperaturas. Debemos entender que la temperatura corporal de nuestras mascotas (38,5-39º) es mucho más alta que la nuestra y que ellas no pueden ponerse o quitarse la ropa en función de las temperaturas del medio en que viven: hogar y ambientes exteriores, por lo que sus cuerpos van a sentir de forma importante los bruscos cambios de térmicos que se producen especialmente en invierno. Es evidente, por tanto, que los perros más expuestos a estos cambios van a ser de los de pelo corto y medio, y los menos, los de pelo largo y tupido. Todos sabemos que existen razas que soportan mucho mejor el frío que otras.

Las amigdalitis, faringitis y laringitis, aunque es raro que se presenten como procesos primarios, podemos decir que son más frecuentes en invierno que en el resto de las estaciones del año. Los signos clínicos no son específicos de las amígdalas ni de la faringe, pero confirman una enfermedad oro-faríngea. Los perros afectados presentarán inapetencia o anorexia, sialorrea y dolor oral. La fiebre es frecuente cuando participan microorganismos infecciosos. La amigdalitis aguda revelará en la exploración oral unas amígdalas muy enrojecidas y a veces aumentadas de tamaño. Ocasionalmente, las amígdalas y la faringe podrán presentar pequeños puntos hemorrágicos y pequeños abscesos. Las infecciones de las vías respiratorias altas son las causas más frecuentes de estas enfermedades.

TRAQUEÍTIS
La traqueítis es otra de las enfermedades que nos solemos encontrar con frecuencia en los meses fríos del año, especialmente las que tienen una causa infecciosa. El síntoma característico es una tos resonante, discordante, paroxística y, a menudo, termina con náuseas secas o ligeramente productivas. Es muy típico que la palpación firme de la tráquea provoque la tos.

MOQUILLO
Una de las enfermedades más graves que pueden afectar al cachorro, el moquillo canino, es también más frecuente en invierno. Todos habéis oído hablar de él y, aunque afortunadamente cada día es menos frecuente, es indispensable que nuestros perros reciban una inmunización adecuada con un programa vacunal realizado por veterinarios.

CONGELACIÓN
Un hecho importante que deben conocer los que viven en zonas rurales y, especialmente aquéllos que habitan en zonas con inviernos crudos, es el de la congelación, y más concretamente la congelación de las orejas y de la cola, zonas cubiertas por poco pelo, menos vascularizadas o que sufrieron alguna agresión previa por frío. Las puntas de las orejas se van a presentar pálidas, cianóticas, insensibles y frías al tacto después su exposición a bajas temperaturas. Con el calentamiento los tejidos se vuelven hiperémicos y presentan escamas, costras y alopecia. La punta de las orejas puede doblarse, necrosarse, y finalmente caerse.

CONSEJOS IMPRESCINDIBLES

Es recomendable evitar que nuestros perros se tumben sobre suelos excesivamente fríos, con escarcha o placas de hielo, ya que esto conducirá inevitablemente a la presentación de problemas inflamatorios de las vías urinarias bajas, especialmente de cistitis.

Nuestro perro será el que una vez en el exterior nos diga si tiene frío, manifestando temblores.

Nuestro perro será el que una vez en el exterior nos diga si tiene frío, manifestando temblores. Si es así, la mejor solución será no permanecer demasiado tiempo parado durante el paseo, llevarle a algún lugar en el que pueda correr y, en casos extremos, vestirle con alguna prenda que le proporcione calor.

Por lo que respecta a la alimentación, no creo necesaria ninguna modificación salvo en el caso de que el perro permanezca todo el invierno en el exterior de una nave, finca o chalet (extremo que no recomiendo), en cuyo caso sería interesante que durante los meses de frío recibiera una comida con un aporte energético alto, de las que se utilizan en los perros con mucha actividad.

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