Con la llegada de la estación invernal va a ser más frecuente la aparición de algunas enfermedades en el perro que podemos relacionar con las bajas temperaturas. Debemos entender que la temperatura corporal de nuestras mascotas (38,5-39º) es mucho más alta que la nuestra y que ellas no pueden ponerse o quitarse la ropa en función de las temperaturas del medio en que viven: hogar y ambientes exteriores, por lo que sus cuerpos van a sentir de forma importante los bruscos cambios de térmicos que se producen especialmente en invierno. Es evidente, por tanto, que los perros más expuestos a estos cambios van a ser de los de pelo corto y medio, y los menos, los de pelo largo y tupido. Todos sabemos que existen razas que soportan mucho mejor el frío que otras.
TRAQUEÍTIS
La traqueítis es otra de las enfermedades que nos solemos encontrar con frecuencia en los meses fríos del año, especialmente las que tienen una causa infecciosa. El síntoma característico es una tos resonante, discordante, paroxística y, a menudo, termina con náuseas secas o ligeramente productivas. Es muy típico que la palpación firme de la tráquea provoque la tos.
MOQUILLO
Una de las enfermedades más graves que pueden afectar al cachorro, el moquillo canino, es también más frecuente en invierno. Todos habéis oído hablar de él y, aunque afortunadamente cada día es menos frecuente, es indispensable que nuestros perros reciban una inmunización adecuada con un programa vacunal realizado por veterinarios.
CONGELACIÓN
Un hecho importante que deben conocer los que viven en zonas rurales y, especialmente aquéllos que habitan en zonas con inviernos crudos, es el de la congelación, y más concretamente la congelación de las orejas y de la cola, zonas cubiertas por poco pelo, menos vascularizadas o que sufrieron alguna agresión previa por frío. Las puntas de las orejas se van a presentar pálidas, cianóticas, insensibles y frías al tacto después su exposición a bajas temperaturas. Con el calentamiento los tejidos se vuelven hiperémicos y presentan escamas, costras y alopecia. La punta de las orejas puede doblarse, necrosarse, y finalmente caerse.
CONSEJOS IMPRESCINDIBLES
Es recomendable evitar que nuestros perros se tumben sobre suelos excesivamente fríos, con escarcha o placas de hielo, ya que esto conducirá inevitablemente a la presentación de problemas inflamatorios de las vías urinarias bajas, especialmente de cistitis.
Nuestro perro será el que una vez en el exterior nos diga si tiene frío, manifestando temblores. Si es así, la mejor solución será no permanecer demasiado tiempo parado durante el paseo, llevarle a algún lugar en el que pueda correr y, en casos extremos, vestirle con alguna prenda que le proporcione calor.
Por lo que respecta a la alimentación, no creo necesaria ninguna modificación salvo en el caso de que el perro permanezca todo el invierno en el exterior de una nave, finca o chalet (extremo que no recomiendo), en cuyo caso sería interesante que durante los meses de frío recibiera una comida con un aporte energético alto, de las que se utilizan en los perros con mucha actividad.